Quiero que me entiendas.
Y quiero que me entiendas porque quiero soltarlo.
Nunca me cansaré.
Es absolutamente necesario que de una vez por todas se pare o se destierre a toda esa pléyades de subnormales que quieren hacer de algo tan hermoso como el cultivo del alma se convierta en un aquelarre de imbéciles dispuestos a cambiar la escoba de la puta bruja por jeringuillas cargadas de mierda química, dispuesta a estar metida en el cuerpo de cualquier idiota cargado de espinillas.
Y, el problema no es la vida de ese idiota, que no me importa. Sino, manchar con mierda, esta hermosa profesion mía de cuidador de almas.
Hoy me duelen los cojones y la vida.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
martes, 8 de abril de 2008
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